Noctámbulo


La ciudad de Fractalstream nunca dormía. Sus rascacielos imponentes, adornados con vallas publicitarias holográficas y corrientes de neón que caían como cascadas, atravesaban el cielo nocturno lleno de niebla. Una lluvia implacable caía, mezclándose con la bruma sintética que se aferraba a la metrópolis como un sudario. En Fractalstream, el sol rara vez brillaba, y el tiempo se había convertido en un mero recuerdo. Un paraje distópico, donde la línea entre lo humano y lo mecánico se había difuminado. La realidad aumentada era la nueva realidad, y los habitantes de Fractalstream eran en su gran mayoria noctívagos, deambulando por el abismo digital de la noche.


Xavier Slater, mejor conocido en el bajo oscuro como "Bugs", "Little-B" o simplemente "B", un hábil pirata informático con un gusto por el caos, merodeaba por el submundo virtual de la ciudad. Tenía un ojo cibernético que brillaba con una luz esmeralda inquietante, lo que le daba una apariencia sobrenatural. B nunca había sido un adepto de las calles iluminadas por neones de arriba; su mundo era una red de corrientes de datos enredadas y secretos encriptados. Esta noche, Bugs tenía una cuenta pendiente con la mega-corporación que una vez lo empleó. F.A.K.E, un gigante que controlaba todo, desde la red eléctrica de la ciudad hasta el flujo de información, lo había traicionado en un trabajo. Pensaron que podían enterrarlo en su laberinto de contratos y legalidades. Se equivocaban.

B se sumergió en su escondite virtual, un rincón secreto del reino digital donde era el rey. Las paredes pulsaban con grafitis holográficos, y el aire estaba cargado con el zumbido de los servidores. Inició una conexión con su red de contactos, una pandilla variopinta de asaltantes informáticos, hackers marginados y forajidos conocidos como los Trashumantes.



"Escuchen, Nómadas", (era la manera en la que disfrutaba llamar a los miembros de su peculiar colectivo) comenzó Bugs, su voz rezumaba una mezcla de confianza y desafío. "Vamos a derribar a F.A.K.E. ¿Creen que pueden controlar esta ciudad? Bueno, todavía no nos han conocido."

Los Trashumantes aplaudieron a través de sus canales encriptados, y Bugs pudo sentir la oleada de energía entre sus aliados virtuales. Con sus habilidades combinadas, expondrían los secretos más oscuros de aquel Leviatán corporativo, aquellos que no podían ocultar en las profundidades de sus bóvedas de datos. Las horas se convirtieron en días mientras B y los "Nómadas" se adentraban más profundamente en el laberinto virtual de la red de F.A.K.E. Los cortafuegos se desmoronaron como papel y los algoritmos de cifrado se fundieron bajo la presión de su implacable asalto. 

El ojo cibernético de B escudriñó el paisaje digital, descubriendo archivos ocultos que revelaban las actividades ilícitas del engendro empresarial. Habían estado lucrando con el sufrimiento de los ciudadanos de Fractalstream durante demasiado tiempo. Pero F.A.K.E no era un oponente fácil. Cuando los Trashumantes rompieron la última capa de hielo defensivo, las alarmas resonaron en el mundo virtual. La corporación liberó su arma definitiva, un guardián de IA llamado Cerbervs, con el poder de erradicar a los intrusos con un solo comando.

B sabía que era el momento. La batalla de astucia había llegado a su punto culminante, y no podía retroceder ahora. Con un esfuerzo final, dirigió a los Nómadas para iniciar un asalto coordinado contra Cerbervs. Era una riña en el nexo vacío, una batalla de código y astucia, la cual Bugs estaba decidido a ganar de cualquier manera. Mientras la tormenta virtual rugía, líneas de código chocaban y chispas de datos volaban como fuegos artificiales eléctricos. La batalla fue intensa, pero el ojo cibernético de Little-B palpitaba con un aura de nuevo poder. Era como si la energía nocturna de la ciudad fluyera a través de él con un resplandor boreal, convirtiéndolo en un aguerrido Aesir del ciberespacio. 


Con un golpe final devastador, Cerbervs cayó. Una tercera parte de los Trashumantes no pudo sobrevivir los ataques de la IA. A pesar de la victoria Slater no podía sonreír. Los secretos de F.A.K.E quedaron expuestos para que el mundo los viera, y su control sobre Fractalstream comenzó a desmoronarse.  En los días que siguieron, Fractalstream experimentó una transformación. Los ciudadanos, antes intimidados por el control corporativo, se alzaron en protesta. Las calles vibraban con la energía de la rebelión, y el horizonte de la ciudad brillaba con una nueva esperanza.


En cuanto a B, permaneció como un noctámbulo, merodeando en el reino digital y las calles iluminadas por neones de abajo, encontró un nuevo refugio en los "Speedballs" o "Maschinen", Nano-narcóticos del bajo oscuro; siempre al alcance de quien tuviera los créditos suficientes, pero que progresivamente iban volviendo trizas la médula espinal. Su victoria no había apaciguado la afligida voz que retumbaba en las cavidades de su cerebro modificado. Fue como si el oscuro corazón de Fractalstream se hubiera tragado el último ápice de su humanidad.  

Wilmer García

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